Diferencia entre querer y amar.
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«Querer es tomar posesión de
algo, de alguien. Es buscar en los demás eso que llena las expectativas
personales de afecto, de compañía… Querer es hacer nuestro lo que no nos
pertenece, es adueñarnos o desear algo para completarnos, porque en algún punto
nos reconocemos carentes. Querer es esperar, es apegarse a las cosas y a las
personas desde nuestras necesidades. Entonces, cuando no tenemos reciprocidad
hay sufrimiento. Cuando el «bien» querido no nos corresponde, nos sentimos
frustrados y decepcionados. Si quiero a alguien, tengo expectativas, espero
algo. Si la otra persona no me da lo que espero, sufro. El problema es que hay
una mayor probabilidad de que la otra persona tenga otras motivaciones, pues
todos somos muy diferentes. Cada ser humano es un universo.
Amar es desear lo
mejor para el otro, aun cuando tenga motivaciones muy distintas. Amar es
permitir que seas feliz, aun cuando tu camino sea diferente al mío. Es un
sentimiento desinteresado que nace en un donarse, es darse por completo desde
el corazón. Por esto, el amor nunca será causa de sufrimiento. Cuando una
persona dice que ha sufrido por amor, en realidad ha sufrido por querer, no por
amar. Se sufre por apegos. Si realmente se ama, no puede sufrir, pues nada ha
esperado del otro. Cuando amamos nos entregamos sin pedir nada a cambio, por el
simple y puro placer de dar. Pero es cierto también que esta entrega, este
darse, desinteresado, solo se da en el conocimiento. Solo podemos amar lo que
conocemos, porque amar implica tirarse al vacío, confiar la vida y el alma. Y
el alma no se indemniza. Y conocerse es justamente saber de vos, de tus
alegrías, de tu paz, pero también de tus enojos, de tus luchas, de tu error.
Porque el amor trasciende el enojo, la lucha, el error y no es solo para momentos
de alegría. Amar es la confianza plena de que pase lo que pase vas a estar, no
porque me debas nada, no con posesión egoísta, sino estar, en silenciosa
compañía. Amar es saber que no te cambia el tiempo, ni las tempestades, ni mis
inviernos. Amar es darte un lugar en mi corazón para que te quedes como padre,
madre, hermano, hijo, amigo y saber que en el tuyo hay un lugar para mí. Dar
amor no agota el amor, por el contrario, lo aumenta. La manera de devolver
tanto amor, es abrir el corazón y dejarse amar.»
-«Ya entendí» – dijo la rosa.
-« No lo entiendas, vívelo» –
agregó el principito.