La rosa del Principito.
"Consuelo de Saint-Exupéry, la Rosa del
Principito".
Aunque el libro está cargado de elementos que tiene un
importante significado, “La Rosa” es de los más destacables, ya que encierra
una historia de amor.
[…]
Consuelo Suncín-Sandoval se casa cuando alcanza la mayoría de edad con Ricardo Cárdenas, un joven oficial mexicano a quien conoció cuando aún estudiaba derecho. Este matrimonio de conveniencia es un fracaso y no dura más de un año. Más tarde se casó con Enrique Gómez Carrillo un reconocido escritor guatemalteco , corresponsal de prensa en París, cónsul argentino en París. Queda viuda y contraer matrimonio con Antoine de Saint-Exupéry el 22 de abril de 1931.
En Francia, su matrimonio fue mal recibido. Su unión fue turbulenta e inestable, él empezó a ser infiel, egoísta, avaro con ella, para derrochar con sus amantes; la respuesta de Suncín fue la de una mujer enojada, que buscaba amantes, hacía caprichos, se enfermaba de asma, lo amenazaba con dejarlo y esto iba seguido de reconciliaciones apasionadas.
Diversos episodios
ponen a prueba la vida de la pareja, pero el profundo amor que une a
Antoine y Consuelo resiste todas las dificultades y sólo la muerte de Antoine
el 31 de julio de 1944 los separará a ellos.
Fuertes encontronazos cuando estaban juntos y de una
nostalgia fulminante por el otro cuando estaban separados. Hubo separaciones,
infidelidades de ambos, pero no importaba cuán tenso fuese la situación
acababan extenuados en abrazos eternos, en besos cinematográficos. “Usted no me
besa, me hace daño, me muerde, me come”, dijo ella.
Descrita como una flor, su personalidad está inspirada en su
compañera de vida Consuelo de Saint-Exupéry, señalada ante los demás con los
sobrenombres de “mujerzuela y caza fortunas”, pocos toman en cuenta que
provenía de una familia acomodada y bien establecida económicamente. Originaria
de El Salvador, la atracción de Antoine hacia ella se debió a la seducción, su
coquetería y su hermosura.
La hermana del escritor llegó a catalogarla como «condesa de
película» y “arribista”, que muchos describía como cazafortunas que sabiéndose
débil intentaba dominar a los hombres con estas armas.
La otra parte de esta historia es contada en un libro que fue
publicado, no sin polémica pues en este llamado «Memoria de una rosa» Consuelo
daba su versión de la vida en convivencia con Saint-Exupery, y lo que contó no fue del
agrado de ninguno de sus seguidores pues nos describe a un hombre egoísta,
infiel y avaro que no encaja con la imagen que muchos tienen de él.
La rosa, es la
encargada de perfumar su hogar todas las mañanas y se protege contra cualquiera
que le quiera crear daño con sus cuatro espinas, pero tiene una debilidad, el
aire, característica que alude al asma que padecía Consuelo.
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