El nacimiento de la rosa.
La rosa es el personaje que simboliza el amor y la inocencia
del Principito. La rosa no
es una flor cualquiera; es su amor. Es la metáfora de la
mujer que ama y que se ha quedado para siempre en su corazón. Es hermosa,
perfumada, perfecta y al mismo tiempo, llena de imperfecciones; es frágil y hay
que cuidarla, mimarla, estar siempre
atento; además, es complicada, orgullosa, vanidosa, egoísta
y mentirosa. Es la responsable de la huida del Principito por crearle una gran
confusión con su forma de
decir las cosas. Sin embargo, es su flor y es única entre
todas las demás.
Retazo 1º
………………..
CAPÍTULO VIII
Aprendí a conocer esa flor. En el planeta del principito
había habido flores comunes, de una sola fila de pétalos que apenas ocupaban
sitio y a nadie llamaban la atención.
Asomaban entre la hierba una mañana y morían por la tarde...
Pero aquella flor era distinta, había surgido de una semilla llegada quién sabe
de dónde, y el principito había vigilado
cuidadosamente aquella ramita tan diferente de las que él conocía. Podía
ser una nueva especie de Baobab, pero el arbusto cesó pronto de crecer y
comenzó a brotar la flor. El principito observó cómo crecía un enorme capullo y
presentía que de allí habría de salir una aparición milagrosa; la flor tardaba
en definir su forma y en completar su belleza al abrigo de su verde envoltura.
Poco a poco escogía sus colores y ajustaba sus pétalos. No
quería salir deslucida; quería aparecer en pleno esplendor de su belleza ¡Era
coqueta desde pequeña y su misteriosa preparación le tomó varios días! ¡Una
mañana, al salir el sol, por fin se mostró espléndida!
La flor, que había trabajado con tanta precisión, dijo
bostezando:
–¡Oh, acabo de despertar…perdón por estar tan despeinada…!
El principito no pudo contener su embeleso:
–¡Qué hermosa eres!
–¿Verdad? –Respondió
dulcemente la flor–. Además, he nacido al mismo tiempo que el sol. El
principito advirtió que ella no era muy modesta, pero ¡era tan conmovedora!
[…]
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