Los viajes del Principito
El planeta del rey.
El planeta del vanidoso.
El planeta del bebedor.
El planeta del hombre de negocios.
El planeta del farolero.
El planeta del geografo.
La tierra.
“Era una vez un principito que habitaba un planeta más grande
que él y que tenía necesidad de un amigo”. El planeta era minúsculo, mientras
que sus pensamientos y emociones eran inmensas.
El Principito dejará su planeta con los baobabs, los volcanes
y su rosa. Y viajará a distintos mundos. Será un viaje imaginario por un
universo mágico.
El Principito quiere conocer mundo.... y emprende un largo viaje aunque no sabe si volverá. Así inicia su largo recorrido por los asteroides 325, 326, 327, 328, 329 y 330.
En el primero, dominado por un rey, descubre la
"ambición de poder". El monarca hace cumplir todas sus órdenes, como
a menudo podemos comprobar en cientos de lugares históricos que visitamos en
nuestros viajes.
El siguiente planeta que visitó estaba habitado por un
vanidoso, en el tercero, durante una visita muy corta, conoció a un bebedor,
que tampoco tenía mucho que aportarle, y en el cuarto asteroide se topó con un
hombre de negocios, que intentaba obtener ganancias con las estrellas.
En estos viajes el Principito tuvo la suerte de "¡poder
ver en un día ponerse el sol cuarenta y tres veces!".
Siguiendo su viaje se
topó con un farolero tan estresado en encender y apagar su farol, que ni
siquiera tenía tiempo de tomarse unas vacaciones, y lamentó no poder quedarse
en el planeta para tener la posibilidad de ver mil cuatrocientas cuarentas
puestas de sol, cada 24 horas. Le esperaban nuevas aventuras como la de
encontrarse con un geógrafo que necesitaba un explorador para conocer su
territorio y poder plasmar las montañas, los mares, los ríos, las ciudades y
los desiertos en un enorme libro, en el que sin embargo no estaba dispuesto a
reflejar la flora y fauna del lugar.
Fue su último paso antes de llegar a la Tierra, según el
geógrafo, "un planeta con muy buena reputación".
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